domingo, 11 de marzo de 2007


hoy le dediqué tiempo a mi pequeño jardín descuidado y descubrí una rosa amarilla preciosa, firme de pétalos fuertes y de un color intenso. Entendí lo egoísta que he sido al no apreciar todo lo que tengo, estos pequeños milagros que Dios me entrega, diciendome "Tranquila estoy aquí..."
Decidí entonces dejar de sufrir por lo que nunca tuve y disfrutar de lo que tengo, de lo que me pertenece por derecho.
Viví el duelo mas largo, ya lo lloré y ayer terminé por enterrarlo. A partir de ahora pretendo vivir el día a día con más ganas. encontrar esas pequeñas maravillas dándoles el valor que se merecen.