Ha sido difícil ser madre y mujer, porque las dos no van juntas, son dos mujeres que me acompañan.
La primera es fuerte como una roca, siempre pensando en el futuro, en mi estabilidad para darles la máxima seguridad a ellos a mi razón de vivir, de respirar, de levantarme cada mañana y buscar de lo malo lo mejor. Para que ellos no noten la falta del segundo pilar de la familia y ruego a Dios que nunca me quite esta fuerza, que nada material les falte... Mi primer miedo, el mas grande es fallarle a ellos, mis hijos.
La mujer nunca maduró, creo que quedó en los 18 cuando nació la madre, con un montón de complejos, insegura y muy fragil. Por suerte tengo una estrella que me guía para no desanimar a otra.
De lo contrario todos mis logros no serían realidad. Mi independencia, mi espacio y el de mis hijos... mi casa, que lindo suena. "Mi casa"... Y la mujer le tiene un miedo terrible a la soledad. que palabra mas vacía que hace los días mas largos y las noches eternas.
Un día amé como nunca lo hice, creí que este último miedo había acabado que equivocada estuve. Porque ahora este miedo no me deja tranquila.
Espero que un día estas mujeres sean una sola, que la carencia de una la supla la otra, aprender a vivir, aceptarme y dejar que estos miedos se vayan...
viernes, 9 de marzo de 2007
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